A día de hoy San Francisco es una de las ciudades más importantes de Estados Unidos, es uno de los epicentros cultural, tecnológico y financiero de California en cuanto a investigación en biotecnología y biomedicina, dónde las oportunidades generadas por la revolución de internet continúan atrayendo residentes y trabajadores con salarios altos. También acoge a 16 millones de turistas al año, atraídos por la icónica imagen de la ciudad. Sus monumentos, cine, y música son mundialmente reconocidos.
En 1849, durante la fiebre del Oro de California, la ensenada de Yerba buena se convirtió en el puerto que acogía numerosos barcos que venían de todo el mundo buscando fortuna. La población creció de 400 a 25.000 personas en tan sólo un año. La promesa del Oro fue tan tentadora que las tripulaciones dejaban sus barcos abandonados en la ensenada y corrían hacia las minas, dejando el puerto de San Francisco repleto de barcos fantasma. Los barcos se hundieron, y debido a la actividad minera de la ciudad, se llevaba el escombro y la tierra de las minas a la bahía de forma que poco a poco se le fue ganando tierra al mar, modificándose así la línea original de costa.
La promesa del Oro fue tan tentadora que las tripulaciones dejaban sus barcos abandonados en la ensenada y corrían hacia las minas, dejando el puerto de San Francisco repleto de barcos fantasma
Tras la segunda guerra mundial, el puerto se convirtió en un centro logístico militar, repleto de tropas y barcos de guerra invadiendo toda la zona conocida hoy como “Embarcadero”. Tras la guerra y la llegada de los barcos grandes de contendores, el tráfico comercial se desplazó al puerto de Oakland. Los embarcaderos se quedaron en desuso y se relegaron al almacenaje o al abandono.
Hoy en día la zona noreste de San Francisco está renaciendo como una gran zona de paseo flanqueada por palmeras y con un tranvía, dónde numerosos embarcaderos se han transformado en restaurantes, edificios de oficinas y áreas comerciales. Hay proyectos para construir un museo, una terminal de cruceros y otros servicios y atracciones para residentes y visitantes.
Hoy en día numerosos embarcaderos se han transformado en restaurantes, edificios de oficinas y áreas comerciales
El objetivo del concurso de ideas era de proponer un espacio para el intercambio cultural que sirviera para activar uno o varios de los embarcaderos que hoy en día siguen en desuso alrededor del histórico puerto de San Francisco. A partir del emplazamiento tan estratégico, el espacio propuesto tenía que servir de acogida y centro neurálgico de estudiantes e investigadores, así como también de amantes de la cultura, dónde la innovación tecnológica atraería a visitantes.
Bay book house aspira a ser el futuro de las tradicionales bibliotecas, una evolución en la manera que tenemos de aprender, de usar y de disfrutar del conocimiento, un museo de los “no libros” adaptado al mundo de hoy, y dónde la cultura se convierte en una experiencia única y sensorial. Este nuevo espacio se convertiría en la nueva referencia cultural de San Francisco.
Bay book house aspira a ser el futuro de las tradicionales bibliotecas, una evolución en la manera que tenemos de aprender, de usar y de disfrutar del conocimiento
El proyecto presentado pretende brindar un homenaje al origen de la ciudad, sacar a relucir la historia que oculta bajo sus cimientos y que no muchos conocen. A partir de un elemento simbólico, el mástil, con crucetas y obenques, se pretende reconstituir la imagen de San Francisco de mediados de siglo XIX, velada por un bosque de palos y lonas sobre la bahía.
Los mástiles, con velas, redes o desnudos, serán el soporte sobre el que se desarrollen actividades que sirvan para devolver el dinamismo a una zona actualmente en desuso. Entre estas actividades se encuentran jardines de conocimiento, lugares de encuentro y debate digital, intercambios de experiencias e investigaciones, áreas de trabajo individual y colectivo, exposiciones etc. todo ello en un conjunto de espacios al aire libre en continuo nexo con el perfil de la ciudad. En definitiva, el reconocimiento de la memoria de la ciudad histórica nos lleva hacia el conocimiento del futuro.
Se disponen por tanto cuatro tipologías de dispositivos que pueden instalarse en uno o varios de los embarcaderos. Estos dispositivos además integran medidas de captación de energía solar suficientes para suplir la demanda total de la instalación.
A partir de un elemento simbólico, el mástil, con crucetas y obenques, se pretende reconstituir la imagen de San Francisco de mediados de siglo XIX, velada por un bosque de palos y lonas sobre la bahía